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JustJames!

viernes, 3 de agosto de 2007

call me old fashioned


(...I love it when you call but you never call at all...)


Sí. Lo sé. La gente no se cansa de repetirlo. Y yo no me canso de no negarlo. Soy una persona extramadamente rara. No se si es bueno o es malo. O quizá sea lo que me defina (el concepto JustJames es tan amplio...)

Nunca (o casi nunca) he tenido problemas a la hora de hacer cosas que el resto de la gente consideraba raras, y cada vez me doy más cuenta de que me encanta ser así. Puede que sea por personalidad, puede que sea por pose. Eso lo dejo a los que me quieran conocer.
Hoy he hecho algo que hasta ahora nunca había hecho. Algo tan simple como cenar. Pero con tres pequeños detalles, que si bien por separado había hecho muchas veces, nunca los tres juntos.
1- Cenar fuera.
2- Cenar en un restaurante.
3- Cenar solo.

Siempre me había dado una pena terrible la gente que comía sóla en los restaurantes, y esta vez, me he metido yo en su piel ¿Grata experiencia? No lo sé. No digo tanto. Sólo una nueva experiencia.

Como canta la estrella de la música Karina (sólo comparable a genios como Mozart o Beethoven) echar la vista atrás es bueno a veces (omitimos el "uhhh") Y así me doy cuenta de que he hecho más cosas sólo a lo largo de mís 22 (vale, 23) años.

- Nací sólo: siempre quise tener un hermano gemelo, o una hermana melliza. Por eso de sentir los pinchazos de tu hermano. ¿Será que me va el rollo sado?

- Aprendí a leer sólo: En Gijón. Fué la publicidad de una gasolinera. O lo que me dió tiempo a leer en el tiempo que duraba el repostaje. Un 25 de Diciembre de hace muchísimos años (aunque muchos pensarán que aprendí a leer hace poco) volviendo a casa tras pasar la Nochebuena en una Clínica ingresado y atado a una mascarilla que en vez de cubrirme la boca y la nariz (por aquel entonces era pequeña y preciosa) me cubría la barbilla, los ojos y casi toda la frente. Y no fue por ingesta masiva de alcohol, sino por un ataque de asma. Recuerdo que tras mi logro, mamá me regaló un cuaderno para pintar (en vez de un libro, que hubiera sido mucho más lógico dados mis avances en la materia)

- Aprendí a nadar sólo: En Palma de Mallorca, cuando papá estaba destinado allí en 1989. Recuerdo que cuando empezó el verano, yo sólo me atrevía a meterme donde menos cubría (que ni aún así hacía pié) Un día, me acuerdo como si fuera ayer, mientras contemplaba ensimismado a la vecina de enfrente bailando las coreografías que se montaba todas las tardes, justo después de que terminara la chica de ver Falcon Crest, me caí en la parte que más cubría y pensaba que me ahogaba. Al día siguiente la piscina se me quedaba pequeña, daba saltos cual canguro y dominaba el crol. El estilo mariposa (de nadar, se entiende) lo aprendí mucho más tarde.

- Aprendí a besar sólo: Años y años viendolo en el cine y la televisión, y prácticas nocturnas con la almohada, me hicieron estar preparado para dar el primero de verdad. Se hizo esperar (incomprensible, puesto yo empeoré con la edad) Pero fue precioso.

- Encontré mi primer trabajo remunerado sólo: Tras años en un conservatorio, recibí mi primer sueldo (3.000 increibles pesetas) tocando en la boda de unos conocidos de mis padres, de medios bastante limitados, por lo que se puede deducir. Lo primero por la cantidad ingente de dinero que me pagaron. Lo segundo, por no tener presupuesto para pagar a un pianista de verdad. Pero lo recuerdo perfectamente, pese al pánico escénico que tenía yo por aquel entonces.

- Descubrí el placer de ir al cine sólo: esto es algo que la gente no comprende. Pero no me importa en absoluto, y no me cuesta absolutamente nada (salvo los 6 euros de la entrada) La primera vez fue el 28 de Marzo de 1999. Película: Leyenda Urbana. Una tarde de domingo, sentado en casa de mis abuelos tremendamente aburrido, preocupado por no haber hecho los deberes, decidí lanzarme a la aventura e ir al cine sólo (lo de hacer los deberes no era opción, por supuesto) Era la sesión de las siete de la tarde. Salí de casa media hora antes y fuí andando hasta el cine, en el Puerto Deportivo. Que por cierto, era la primera vez que iba al Puerto Deportivo, recien inagurado. Luego pasé allí la práctica totalidad del resto de mis años de colegio (y parte de los universitarios) No sé si fue por la emoción de ir a ver una peli de miedo al cine, ya que hasta entonces sólo las había visto en video, o la emoción del hecho de ir al cine solo por primera vez hizo que esa película me dejara profundamente marcado. Todavía recuerdo la sensación de alegría, como de superioridad, que tenía esa noche cuando volvía sólo a mi casa. ¡Cómo la hecho de menos!

Así que así estaba esta noche yo. En mi nevera no había absolutamente nada. Después de una horrible paella comida a las tres de la tarde en el aeropuerto, tenía el estómago totalmente vacío a las siete. Hoy tenía el firme propósito de cocinar algo para cenar, pero el horrible cansancio acumulado por las maratonianas jornadas de trabajo ha hecho que me quedara profundamente dormido hasta que, a las 11 de la noche, el ruido de mi estómago implorando comida me ha despertado. No me ha quedado otra que salir a por comida.

Mi primera opción era bajar al MacDonnals de la esquina, pero dado que mañana por fín me voy a hacer los famosos análisis de sangre (ni que decir tiene que, salvo el propósito de olvidarte, ninguno de los otros puntos descritos en el mensaje anterior han sido cumplidos) me ha entrado el sentimiento de responsabilidad y he decidido comer "sano". En un alarde de subir de categoría, me he ido al VIPs más cercano (escasos 50 metros de casa)

Para evitar sufrimientos innecesarios, he entrado de manera segura y decidida. Pero las fuerzas ya me empezaban a flaquear tras cruzar el umbral de la puerta, y he tenido que pararme a comprar una revista. El siguiente paso... acercarme al restaurante. Con paso decidido. Como si fuera lo más normal del mundo (estrictamente hablando, cenar es lo más normal del mundo)

Toda mi seguridad en mí mismo se esfumaba segundos después al ver que ni Perry me atendía en la puerta. Eso de ver a alguien esperar solito parece que no les resulta familiar, así que ahí plantado he estado yo, sopesando si quedarme esperando haciendo como que esperaba a alguien o marcharme con el rabo entre las piernas (y más hambre que un niño de Burkhina Faso)

Mientras esperaba, trataba de mirar al infinito, como los poetas cuando idean románticos versos desde lo profundo de sus cerebros (¿o se escriben con el corazón? No lo sé, nunca he sido poeta) un grupo de jóvenes maleducados se me ha quedado mirando. Pero esta vez, en vez de encogerme cual pasa (o cual pene en agua fria) los he mirado fijamente con esa cara que la gran Chábeli enseñó a todo el público de Tombola mientras dicía su gloriosa frase de... "sois gentuza".

No he podido comprobar su reacción puesto que ha sido interrumpida por una amable camarera, cuya nacionalidad no he sido capaz de identificar, pero que con total seguridad llegó a España con Air Madrid.
Por fín me atendían. Y me daban mesa. Siempre peleandome por una mesa buena en VIPs, y por una vez que quiero pasar desapercibido... me dan la mejor de todo el restaurante.

Así que plantado con un look de lo más sport, con una revista bajo el brazo, mi mochila londinense (cada vez más rota, pero cada vez más querida) y mi pose de dignidad de lo más altiva... me he zampado unos rollitos vietnamitas (que de rollitos tienen poco y de vietnamitas menos) un pollo oriental con arroz (el arroz por lo menos tenía forma, el pollo podía ser cualquier cosa) y una deliciosa copa de helado de mango (¿o quizá fuera pomelo? tendré que preguntartelo a tí, que gracias a tus zumos dominas los sabores) fresa y yogurt con frambuesas y frutas del bosque. Y me he quedado más felíz que una lombriz.

Ahora, con el estómago tan lleno que a las tres de la mañana, sigo despierto, dando vueltas en mi casa (creo que es el primer jueves que no salgo desde mayo, pero agosto está vacío en Madrid) y escribiendo un blog que estoy seguro nadie leerá entero.

Pero bueno, quizá eso sirva para grabar en mi cada vez más estropeada memoria, que hoy, 2 de Agosto de 2007... cené por primera vez sólo.

Buenas noches.

JustJames.

Distinción y estilo desde 1984.

domingo, 29 de julio de 2007

positive climb... gear up!!



(...cuantos cuentos cuento por disimular...)


Bueno, como manda la tradición, o más bien, la intención más abajo mostrada, toca comenzar a escribir.

Ya que me pongo a contar algo, debería ser honesto conmigo mismo, y con ustedes, mis queridos lectores (si es que tengo alguno) y reconocer que no es la primera vez que creo este blog. Allá por Mayo, cuando por la capital de reino llovía a cántaros, y un servidor creía que tenía algo que aportar a este mundo, cree este JustJamesJournal. Pero la pereza, el sol, y la conciencia de que realmente no tengo nada que contar, me hizo no tocarlo... hasta hoy. Como me daba un poco de verguenza mostrar que no había habido ni una sola entrada en todo este tiempo, he decidido borrarlo y volver a empezar. ¿Correrá este blog mejor suerte esta vez?

Sinceramente, no se muy bien por qué retomo esto, si mi vida no ha cambiado mucho desde entonces. Bueno, ahora peso unos cuantos kilos menos (sí, lo sé, si antes estaba en los huesos, ahora no se me ve de perfil. Mi cara es sólo nariz) y tengo más dinero en el bolsillo, que por supuesto, ya me estoy encargando de despilfarrar, en vez de ahorrar como hacía la trabajadora hormiga. Pero yo siempre fuí cigarra.

Quizá haya sido el tiempo libre del que gracias a Dios dispongo estos días. Porque misterios de la vida... estoy librando. Desde el miercoles a las 11 de la mañana, que entré a las 2 de la madrugada para un vuelo charter a Malta que luego resultó cancelado (detalle que se me olvidó comentarte) y despues tenerme que tragar una hora extra cortesía de AerLingus. Hasta el martes a las 7 de la mañana, gracias a los cientos de parejas de recien casados que se van a Thailandia (todos con chandal, calcetines blancos, gorras, chancletas y con el morro suficiente como para pedir que les suban por la cara, dado que son recien casados, a Business Class y ahorrarse los 650 dolares por salto y pasajero que cuesta el upgrading cortesía de Thai Airways) Así que estos días paseo mi maltrecho cuerpo y mis cada vez más escasas neuronas por las calles más oscuras y gastadas de Madrid (o por las piscinas... propias o ajenas... que de todo ha habido)

Y la verdad que ha sido una semana de lo más fantastica. Para bien y para mal. He conocido a mucha gente nueva, que no se hasta que punto me aportarán algo (lo que estoy seguro es que yo a ellos... cero zapatero) Y he vuelto a hacer planes que hacía mucho tiempo que no hacía (no, no penseis mal. De beber nunca he dejado) Hasta he salido... y me he aburrido un poco. ¿Será la edad? Más bien creo que puede ser que eso de ir a enseñarme y dejarme ver a un lugar lleno de gente clónica hace tiempo que dejó de divertirme.

Pero por salir que no quede. Da igual la excusa. Llegado a este punto, tengo muy claro que tiempo para dormir ya tendré cuando me muera, así que no voy a dejar de hacer planes por esa estúpida costumbre de tumbarse en un colchón. Además, por no cambiar las sábanas... Hace tiempo que llegé a la conclusión de que sólo me gusta dormir cuando lo hago acompañado. Y hace tanto de eso...

Pero despues de todo, y despues de tener tantos días libres, me acabo de dar cuenta de que se me han quedado muchas cosas en el tintero, y que, o me doy prisa mañana, o esperarán otro més más:

- organizar mis cuentas en el banco (estaría bien saber lo que gasto y lo que ingreso, aunque sólo sea por curiosidad)
- renovar mis tarjetas de crédito (una está rota, y la otra está perdida por el mundo)
- hacerme análisis de sangre (lo de la delgadez tiene su gracia, pero empieza a ser preocupante)
- sacarme fotos de carnet (me niego a usar las que me hice en enero en un maligno fotomatón)
- renovar el DNI (y va 8 meses caducado, pero por no hacer cola con las peruanas en busca del NIF...)
- pasar a limpio los múltiples apuntes del trabajo (no lo hacía en la universidad, como para hacerlo ahora)
- aprender a usar el photoshop (tanta ventana y tanto icono me obtura el cráneo)
- desengancharme del Tuenti (deberían incluirlo en los anuncios de Ayuda contra la Drogadicción. ¿La cocaína? Minucias en comparación)
- comprarme un teléfono nuevo (prioritario. Pero soy tan tonto que me compro una cámara digital y un Ipod nuevo, precioso por cierto, antes que el telefono)
- limpiar mi casa y planchar la ropa (lo de mi casa es un decir, y lo de mi ropa, a este paso, va a pasar a fusionarse con la tarima de mi cuarto)
- comprarme más ropa (para evitar planchar la anterior)
- arreglar tres pares de zapatos (parezco un vagabundo con ellos, y me estoy quedando sin calcetines de arrastrarlos por el suelo)
- limpiar el ordenador de virus (aunque en el fondo me gusta que campen a sus anchas, con total libertad. Para eso son millones los que se apretujan en mi CPU)
- aceptar tu invitación y pasar unos días en Formentera a primeros de mes (te aseguro que voy a buscar días hasta de debajo de las piedras)
- apuntarme a la autoescuela (eso hace tiempo que lo dí por imposible, pero nunca está de más retomar principios)
- ir al parque de atracciones (me hubiera gustado ir contigo, pero ya tengo claro que no hay posibilidad)
- ver quién me ha bloqueado en MSN (bueno, eso mejor no, que no me apetecen más chascos)
- olvidarme de tí (eso me llevará dos días)
- sacar al perro (ah, no!! Afortunadamente de eso carezco!!)

Y lo de pensar qué demonios voy a hacer con mi vida lo pospongo de manera indefinida. Porque como dijo Scarlata O'Hara...

"Estoy muy cansada para pensar. Ya lo pensaré mañana."


JustJames!

distinción y estilo desde 1984.

fasten your seatbelts



(...Qu'on a tombé la chemise...)


Aquí estoy. Sin saber muy bien qué decir. Pero para algo he creado un blog. Supongo que este será otro de los muchos caprichos que tengo, y dentro de unas semanas estará perdido en la red.

Pero hay veces que siento que tengo que escribir. Puede que sólo para contar tonterías. A veces para avivar mi fama de superficial. A veces para demostrar que hay otra persona debajo. A veces para demostrarme a mí mismo que tengo sentimientos. A veces para transmitir algo. A veces para plasmar lo que no me sale cuando hablo. A veces para descargar la energía contenida que sale cuando estas solo en tu cama dialogando con ese instrumento fiel de compañía que es la almohada. Vete a saber.

Así que así comienza el JustJamesJournal. Una serie de columnas sobre mi manera de ver el mundo. Algo quizá ya suficientemente explotado por Carrie Bradshaw. No hay ánimo de escándalo, por una vez en mi vida. Sólo es un puro desahogo. Una simple reflexión. Quien quiera leerlo, es libre.

Procuraré hacerlo al menos una vez por semana. Aunque me suene a propósito de fin de año. Aunque yo nunca me propuse ir al gimnasio, ni hacer dieta, ni dejar de fumar, ni ser mejor persona, y he realizado todo eso, aunque no necesariamente en ese orden.

Sin mas, dejando a mi neurona discurrir, me despido hasta mi primer comentario.

Atentamente.

JustJames.
distinción y estilo desde 1984.