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JustJames!

martes, 16 de octubre de 2007

from zero to hero


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Otra vez. Por fin. Esta noche me ha vuelto a pasar (y no me refiero a enamorarme) Hay cosas que no tienen explicación. ¿A dónde vamos? ¿De dónde venimos? ¿Quién es Ana de Castro que está en el Tuenti de todos pero nadie identifica? Pero no. Me refiero al cambio de chip in a blink of an eye, provocado por el cine. ¿Cómo puede una película hacer ver las cosas de otra manera, en tan sólo 90 minutos? La magia del cine, que llaman algunos.


Una vez dije que entre las cosas que no me gustaban estaba... “los domingos (salvo aquel domingo)” Pues bien, ese domingo en cuestión fue hace ahora exactamente un año. El mismo domingo del Puente del Pilar. Y fue el principio de un precioso otoño. No pasó nada especial ese día, salvo eso, ser el principio. Pasar esa noche de domingo junto a ti.


Pero poco queda ya de ese otoño. Las personas cambian, los sentimientos también. Aunque los míos se aferran en mi interior y de vez en cuando, independientemente de que sea primavera o no, les da por florecer. ¡Qué cosas!


Los astros parecían indicar que, justo este domingo y no otro, un año después de todo, te volvería a ver.


Me he vuelto a montar, después de tantos meses, en esa línea de metro que sólo cogía porque la usabas tú. Encendiendo mi Ipod comenzaba a sonar esa canción que tú odiabas y que yo no me cansaba de escuchar, y que inevitablemente ahora asocio contigo. Y para aderezar la ensalada, un libro de relatos breves intentaba, no sin mucho esfuerzo, abstraer mi mente de todo eso. Hasta que llegó tu estación. Aunque sólo fuera por curiosidad o por reírme de mí mismo (o de la situación) levanté la mirada. Mi corazón a 250 pulsaciones por minuto. Porque no era un espejismo. Allí estabas tú.


Como acto reflejo, bajé la cabeza al libro y me puse a leer la misma frase una y otra vez. En 10 segundos pude leerla 50 veces, y no puedo recordar ni una sola palabra. Podría haber tenido el libro al revés que no me habría dado cuenta.


No podía pensar. El Ipod era silenciado por el ruido de los latidos. Estoy seguro que todo el tren podía oírlos. Tu me viste, y te sentaste a mi lado. Yo me hice el sorprendido. Obviamente nos pusimos a hablar. Tú tan en calma. Yo tan nervioso. De todo y de nada, porque mis palabras temblaban (detalle que estoy seguro que notaste, dada tu sonrisa)


En cinco minutos recordé todos y cada uno de esos días que pasé contigo. Y de todos tengo buen recuerdo. Pero yo soy así, lo malo lo borro enseguida, para quedarme sólo con lo bueno. A veces, si rasco un poco, logro sacar algún mal recuerdo, pero contigo no es posible.


Cuando salí del metro solito mi cabeza estaba en otra parte. Nunca me he sentido tan perdido en medio de la Gran Vía. Todo tan raro, tan confuso. La primavera se ponía sus mejores galas en mi fuero interno. Maldita sea…


Pero el plan de domingo no era pasar la noche contigo, sino ir al cine. Por lo menos las siguientes horas. Después… quizá te hubiera apetecido ir a tomar algo. O igual tenías planes. O quizá no estuvieras disponible. No lo sé. Me quedaré con la duda. Porque otra vez, y como si fuera un sentimiento bisiesto, el cine me hizo cambiar de opinión.


Hairspray. Tú tienes la culpa. Tanta canción, tanto baile, tantas buenas vibraciones… 90 minutos después en mi corazón volvía a hacer templado, típico del entretiempo, y las flores estaban aguardando unos meses para salir. Una sensación de tranquilidad y felicidad me inundaban de nuevo.


Absolutamente para todo. Todo lo que me ha estado preocupando desde hace hacía semanas se había esfumado. Ni penas, ni agobios ni falsas apariencias. Tranquilidad absoluta. Corazón y cerebro reseteados.


Dispuesto a todo, dispuesto a nada. Que sea lo que Dios quiera. No necesito pensar más, sólo dejarme llevar. No te quise llamar. No porque no fuera lo correcto, sino porque simplemente, y contra todo pronóstico (o contra los sentimientos que tenía tan solo una hora y media antes) no sentía la necesidad. Se pasó el momento.


No te voy a agobiar. Y a ti tampoco. Ni a ti. Podeis respirar sin agobios. Soy una persona nueva otra vez.


Esa noche de domingo, Puente del Pilar, en mis sábanas ya no había fantasmas, y el Guadiana volvía a bajar cargado de agua.


No cierro puertas a nada. Si algo tiene que ser, será. Y si no, no será. Y no me preocupa.


Siempre he tratado de identificarme con la multitud buscando canciones que contaran mi historia, reconfortandome sabiendo que alguien más pasaba por lo mismo. Pero esta vez no las hay. Esta vez sólo suena una canción.


Los latidos del corazón.


Sonido único.


El mío.


El mejor.



JustJames.
Distinción y estilo desde 1984.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Siempre optmisita, James... Así me gusta.

Tan bien escrito como siempre, que me haces la competencia de mala manera!!

Anónimo dijo...

Precioso escrito... Son esas cosas que una lee y cuando termina, apetece volver a leerlo. Consigues que se oigan los latidos y que se sientan los nervios. Todos nos hemos reencontrado alguna vez con "esa persona", aunque fueran encuentros fugaces, cruces de miradas desde el autobus o entre la multitud de un bar. Y que a gusto se siente uno cuando descubre que a pesar del encuentro, ya no necesita nada excepto lo que ya tiene. Nada de fantasmas del pasado, que siempre vuelven con promesan que nunca serán. Ya sabes, las segundas partes nunca fueron buenas.
Me acorde de cuando eramos pequeños y reias nervioso por todo...Y apretabas las manos. Y asi, tal cual, te imaginé en esa línea de metro.

Anónimo dijo...

Me alegro de que por fin no vuelvas a dar la tavatha, digo, la tabarra. Hablando de tavatha, algo me ha comentado Blanche para JJ (Juerga de Jueves).

Qué expresivo te ha quedado el texto (y qué pedorro a la vez :p).

Y ya sabes...

From zero to hero!

Anónimo dijo...

Joe, que popular, he encontrao tu blog buscando en Google.
JI!

Anónimo dijo...

Bueno, no me queda otra que dejar un comentario.....jajajaaj, ya que los del tuenti no sirven!!! No, ques coña.
La verdad es que tengo como página de cabecera este blog, porque logra llevarme con cada linea que leo a la parte más escondida que cada uno tenemos. No sé como, pero cada vez que leo algo aquí (o releo, porque me los he leido varias veces), siento esa sensación de bienestar que tienes cuando estás en casa,tapado hasta las orejas en la cama un día de invierno, y huele a chocolate que están preparando en la cocina...vamos, ya me entendeis!!!

Un abrazo grande, y espero novedades. Diego

Anónimo dijo...

Desde que te encontre en el tuenti no apareces x aqui... :(
No hago más que releer lo ya escrito!
Feliz 2008!

Anónimo dijo...

Cuando piensas escribir algo???
Que ya tengo ganas!!!!
Eres como TELVA el 20 de cada mes, lo espero con ansiedad!!!